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Una vez más, el minuto 94 frustró una gran esperanza para el Sevilla. Pero la esperanza es lo último que se pierde y además el equipo de Julen Lopetegui ya no tiene absolutamente nada que perder en la realidad, por eso hoy se reencuentra con el fútbol para intentar sanar ese resentimiento de un rebote que le privó de estar en estos momentos inmerso en la olla a presión que es la lucha por el título de liga. El primer lugar ya estaba demasiado lejos para que él esperara carambola imposible. Pero todavia tiene la posibilidad, también muy complicada, de subir un pequeño escalón más en la liga. Y para ello debe retomar la senda de la victoria, la misma que tuvo ante el gol de Williams en la bocina y que le hizo descarrilar cuando estaba más echado.
Es el momento de jugar contra el Valencia, un equipo «liberado», en palabras de su entrenador salvador, un hombre que hace honor a su nombre cada vez que su club lo requiere. Voro, Salvador González Marco en el Registro Civil, fue quien logró Valencia, por fin, se sacude todos sus fantasmas Con una cómoda victoria sobre el Valladolid (3-0) y ya salvado, visita Ramón Sánchez-Pizjuán sin más picor que el honor de intentar vigilar al equipo que Según el técnico valenciano, es el espejo para el club de Mestalla.
El Sevilla descarriló ante el Athletic, quizás impulsado por la ansiedad de verse plena e inesperadamente en la lucha por el título, y no acabó la gran faena en Madrid. La eliminatoria dejó una sensación agridulce en el aficionado sevillista, que vio cómo el conjunto merengue una vez más conseguía provocar una inesperada sorpresa. Porque si fue inesperado que Martínez Munuera se corrigiera y diera el penalti por manos clamorosas de Militao –No solo empuja a Diego Carlos, sino que abre el otro brazo para ver qué otro obstáculo puede hacer., como amparado por un halo de impunidad–, fue más aún que el Sevilla habitualmente rocoso y hecho para mantenerse firme con resultados cortos volvió a dejar que su billetera le robara en el último momento, como le sucedió en la fatídica noche en el Camp Nou. .
Los grandes tienen estas cosas y El Sevilla todavía tiene dificultades para sacudirse la pelusa del equipo menor que se deja intimidar por la lógica embestida de un enemigo más fuerte, aunque no esté en sus mejores días …
La pregunta que se hace el aficionado sevillista es por qué este equipo que tiene el pulso de un finalista de Champions, como el Chelsea, en Londres, que es capaz de remontar contra titanes como el Manchester United o el Inter. no se acaba de ganar el pulso de los gigantes españoles.
Por ello, la adjudicación del tercer puesto sería una forma preciosa, bonita de paliar de algún modo las heridas que dejó aquel maldito minuto 94 ante el Barcelona, disputando la final de Copa, y el Madrid, jugando para entrar de lleno en la lucha al rojo vivo. para la Liga. Y para que eso suceda, el Sevilla de Lopetegui debe vencer al Valencia sin mirar lo que hacen los demás.
El técnico guipuzcoano invitó a sus jugadores a hacerlo, para mantener la ilusión y la ilusión sin mirar más allá de un Valencia que calificó de el equipo más rápido de la liga en transiciones. En eso deben centrarse los futbolistas del Sevilla, que, más allá de la manida mano de Militao, Sufrió dos acciones debido a los rápidos contraataques del Madrid que no fueron un gol de milagro, el anulado a Benzema y el penalti de Bono, y así perdieron ante el Athletic. Fueron lecciones a tener en cuenta para ganar. Y luego esperar a que toque una flauta …
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