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Si hay un futbolista al que le vino bien el parón de marzo, ese fue Papu Gómez. El argentino pasó el primer mes y medio en Sevilla «adaptándose». Nueva competición, cambios, nuevos compañeros y nuevo cuerpo técnico; otro modus vivendi, horarios, comidas … Obvio cuando se habla de profesionales del fútbol, tan acostumbrados como están al cambio de escenario y ambiente.
Pero Papu llegó a Nervión tras casi dos meses sin competir, entre el 16 de diciembre, cuando jugaba con la Juventus-Atalanta, y el 2 de febrero, cuando debutante debutante en Almería-Sevilla de Copa del Rey. «Me tomé esos meses como una adaptación», dijo recientemente en una entrevista. Ahora está listo para ofrecer su velocidad creativa al Sevilla en el sprint final. La magia al servicio del nervio y pasión en estos cinco días.
El Papu llegó a reconocer que ese primer período entre febrero y la primera quincena de marzo le costó trabajo. Durante el descanso reconocí que iba a ser su primer período de pleno conocimiento de la plantilla. «Será la primera vez que entreno en toda la semana con mis compañeros, porque desde que llegué jugamos miércoles domingo y terminan encontrándote en el juego oficial. Es normal que a veces las cosas no salgan como se espera. Pero estoy feliz y estoy deseando que llegue porque sé que es normal. «
Lopetegui no ha parado de ponerlo, a pesar de que no estaba en su mejor momento, como se ve por ejemplo en el Sevilla-Borussia Dortmund. Pero a raíz del Sevilla-Atlético de Madrid, cuando disputó el último cuarto de hora, su participación ha aumentado. En Balaídos, con la necesidad de superar un partido loco, el técnico guipuzcoano le dio los últimos 25 minutos y fue clave: Hambriento de balón en posiciones avanzadas, presionó, robó y marcó el 3-4 definitivo. No sería la primera vez que sería clave.
Aquella puesta en escena en Vigo, la realidad que el Sevilla estaba más descansado para dedicarse solo a la Liga, convenció a Lopetegui de que era el momento de confiar plenamente en Papu. Y le dio el título en tres partidos clave, dos en casa y uno en casa, en apenas ocho jornadas de domingo a domingo. Fue titular en el Rakitic ante la Real Sociedad en San Sebastián (1-2), repitió en el mismo once en Valencia ante el Levante (0-1) y continuó en el centro del campo, esta vez para Joan Jordán, ante el Granada. Y en este último juego abrió el frasco de esencias.
En esa posición de 10Ya sea con Joan Jordán o Rakitic escoltándolo junto a Fernando, Papu ha tenido la libertad de ofrecerse de cara al ataque y ante el Granada fue el protagonista directo de los dos goles: estaba muy dispuesto a leer el espacio en el y anticipe a Gonalons en el juego de penaltis; y repitió viva y rápidamente en el saque de banda de Acuña y el pase de gol a Ocampos en el 2-0, en la clave final.
Es cierto que Lopetegui lo mima, en estos tres cambios siempre lo ha sacado del campo, como lo ha hecho con Suso, el otro futbolista con capacidad creativa y libertad en esa delantera ofensiva. Incluso ha dado un pequeño matiz a su patrón 4-3-3 habitual de modo que, ahora Joan Jordán, ahora Rakitic, se colocan casi en paralelo a Fernando según en qué fase del juego y el Papu está mas liberado. Pero aun así, el argentino, en ese tercer partido de la semana como titular, mostró visión y fuerza para romper en la faceta ofensiva y también oxígeno y piernas para ser ágil en la retirada o los robos cuando fuera necesario.
Con los partidos más espaciados -el del Athletic es el lunes, ocho días después del anterior- y el argentino de 33 años ya hizo uso de las variantes del esquema, sus compañeros y la filosofía de juego, su talento y creatividad debería seguir poniendo al servicio del equipo en el vibrante sprint final.
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