No pisar o pisar las zonas calientes

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Era como el día y la noche. El Sevilla de Escudero, Gudelj y Óliver parecía jugar un deporte diferente al practicado en la última media hora –salvo esa prórroga de retirada intensiva– con la progresiva entrada de los cinco jugadores a los que Julen Lopetegui dio descanso ante el Valencia con respeto. a los de Valdebebas: Acuña, Fernando, Papu Gómez, Ocampos y Rakitic.

El equipo estuvo plano, predecible, arrítmico en esa primera hora de juego descolorido, pero en cuanto salieron los buenos, el grupo dio un paso o dos hacia adelante, Acuña fue un extremo incisivo, que invitó a Óscar y Papu Gómez a acercarse al área como interiores; Fernando con sus arranques e irrupciones taponó a En-Nesyri, como se ve en la portería, e incluso Jesús Navas, Joan Jordán o Koundé aumentaron su rendimiento al contar con compañeros de mayor nivel a su lado. Todo encajó de repente. Fue bueno para el partido, pero dejó un mensaje rotundo a Monchi para este verano: si el Sevilla quiere seguir creciendo y apretando a los tres grandes dominadores del fútbol español, deben traer media docena de jugadores a menos que suban el nivel de la plantilla. , en el que el paso entre los titulares habituales y muchos alternativos es de las dimensiones del Gran Cañón del Colorado.



El programa que dirige Julen Lopetegui también necesita una actualización para hacer jugar a su equipo, que suele ganar a los que son peores que él -no siempre, claro- pero al que le falta rock and roll y rebeldía contra los grandes del mundo. fútbol para ganarles más a menudo y no temblar tanto.

Defendiendo

La movilidad de Guedes, un jugador de primer nivel que poco a poco va recuperando su óptimo nivel físico, desestabilizó la red sevillista con algunos controles, arranques y zigzags. Encontró la ayuda del dinámico Manu Vallejo y tras el descanso, el Valencia incluso dio un paso al frente y perdió el respeto al Sevilla al comprobar en el primer partido lo inocua que era la propuesta de los de blanco. Sobre todo, los levantinos fueron a probar del lado de Escudero, que también fue amonestado. El Sevilla salió de apuros con los cambios. El peso específico del once ya ha trasladado el juego al área de Cillessen.

Ataque

Con el once que tenía Lopetegui, tan marcado por las rotaciones, era vital que Óliver Torres y Óscar Rodríguez, este de izquierda, batieran líneas y dieran dinamismo al juego. También Joan Jordán desde dentro o Suso desde la derecha, como es habitual. Pero nada de eso sucedió en la primera hora del juego. Las piezas se perdieron en un juego artificial y hueco de toques suaves de un lado a otro. Uno de los vicios de un equipo con muchas más virtudes que defectos. Por eso va camino del récord de puntos y por eso se metió en la Champions con la gorra. Con Papu, Acuña y Fernando, todos pisaron puntos calientes.

Virtudes

El combustible es extremadamente escaso, pero sus recursos siguen siendo válidos.

talón de Aquiles

Esa hora hueca del fútbol.

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